Chateau Coutet

La finca vinícola Château Coutet se encuentra en Barsac, una parte del territorio francés particularmente favorable a la viticultura. Aquí, de hecho, las aguas del río Ciron se unen a las del Garona creando un microclima especial para la maduración de la uva. La influencia del océano y las neblinas de verano provocan un choque térmico y la humedad de la mañana, reemplazada por el calor de la tarde, ayuda a concentrar los azúcares en las bayas. Además, el territorio de Barsac, y en particular del Château Coutet, es de tipo calcáreo-arcilloso que favorece la retención de agua, mientras que el suelo frío retrasa la maduración. Todo ello contribuye a la elaboración de vinos áureos y puros. Las principales vides de la finca son sémillon, sauvignon blanc y muscadelle; estos, hábilmente trabajados, dan vida a los vinos insignia de la empresa como el Chartreuse de Coutet, el Cuvée Madame de Château Coute o el Sauternes - 1er Cru Barsac. La finca puede presumir de una larga historia, contada a través de los espléndidos edificios que la albergan. En el siglo XIII fue, de hecho, una fortaleza militar de la que aún conserva la típica estructura medieval con torres almenadas; en los siglos siguientes los edificios fueron modificados y ampliados con la construcción de otras torres, una casa fortificada y una iglesia. El negocio del vino ya comenzó a mediados del siglo XVII cuando Charles Le Guérin comenzó a cultivar viñedos con la denominación "Sauternes". El negocio permaneció en la familia hasta finales de 1700. El propio Thomas Jefferson, que más tarde se convertiría en presidente de los Estados Unidos, viajó mucho por Francia y en sus escritos celebró el Château Coutet como el mejor "Sauternes de Barsac". A lo largo de los siglos, entonces, la propiedad siguió las vicisitudes de la larga y turbulenta historia francesa, pasando de familia en familia, cada una de las cuales trajo innovaciones en el cultivo de los viñedos. Desde 1977 la finca ha estado bajo la propiedad de la familia Baly que se hizo cargo de ella hasta 1994 cuando firmó un acuerdo comercial con la empresa Baron Philippe de Rothschild. En 2010 la empresa inició un nuevo desafío con la elaboración de un vino blanco seco, el Opalie de Château Coutet, pasando luego a formar parte del top 100 de los mejores vinos del mundo. La bodega se gestiona orgánicamente .