Giovanni Corino

La empresa Corino Giovanni está ubicada en el corazón de Langhe, en la provincia de Cuneo, y precisamente en La Morra; la familia Corino llegó a este espléndido lugar, ahora sede de la actual bodega, allá por 1952, después de mucho deambular por los caseríos de la zona como aparceros. Con anterioridad a su llegada, las tierras eran propiedad del beneficio parroquial y estaban mayoritariamente cultivadas con tierra de cultivo y árboles frutales, con poca presencia de viñedos. A principios de los años sesenta, tras el nacimiento de dos hijos, la empresa inicia su expansión llevando las hileras de vid hasta ocupar quince hectáreas de terreno; la mayoría de ellos estaban plantados con Nebbiolo, pero las uvas, en ese momento, a menudo se vendían a comerciantes en lugar de cosecharse y vinificarse de forma independiente. A mediados de los ochenta, sin embargo, se produce el punto de inflexión, se embotellan las primeras botellas de Barolo y los dos niños, ya adultos, deciden aplicar criterios de selección y calidad para elaborar mejores vinos, comenzando a clarear el viñedo para obtener un menor cantidad de uva pero de mayor calidad, obteniendo así estructura y complejidad. Así, tanto Barolo como Dolcetto pasaron a vinificarse seriamente, manteniendo una porción de uva para la venta, con el fin de mejorar los ingresos globales de la bodega y progresar tecnológicamente en las estructuras dedicadas al vino. Gracias a estas mejoras empiezan a llegar también las primeras satisfacciones, los primeros premios en concursos que dan la conciencia de haber tomado el camino correcto. En 2005 llega otro punto de inflexión histórico, los dos hermanos deciden separarse y continuar caminos y producciones diferentes y personales, mientras que Giuliano, junto con su esposa Stefania, mantienen la propiedad de la sede y de la marca histórica y con ella también la Custodia de las tradiciones de los miembros de la familia que continúan produciendo excelentes vinos.