Pacina

Estamos en Castelnuovo Berardenga, a pocos kilómetros al este de Siena, en las colinas de Chianti. Pācina es un antiguo monasterio del siglo X, rodeado de viñedos y olivares. Los orígenes se remontan a la época etrusca, de ahí el nombre Pācina que probablemente deriva de Pacha o Pachna, el dios etrusco del vino. Hoy Pācina es una finca agrícola productora de vino, aceite y cereales, estrictamente en régimen de agricultura ecológica. Esta es ciertamente una elección dictada por el profundo deseo de realzar los lugares y tradiciones locales, minimizando el impacto ambiental y, de hecho, preservándolo para las generaciones futuras. La familia Tiezzi Borsa ha sido la feliz guardiana de estos lugares durante casi un siglo. Giovanna y Stefano han sido el alma de la granja durante 30 años y trabajan para mantener la riqueza histórica y agrícola de Pācina, junto con sus hijos Maria y Carlo. Son por tanto 5 generaciones que continúan el camino de Pacina. 1987 es una fecha importante para la bodega, ya que la madre Lucía, bióloga y escritora que siempre ha creído en la fuerza de esta tierra, elabora la primera botella de Pācina sin anhídrido sulfuroso, etiqueta progenitora de los vinos que aún hoy se elaboran. El hilo que une la trama de estas historias es precisamente el amor a la naturaleza. El padre de Giovanna, Enzo, era un ecologista acérrimo y fue el impulsor y cofundador del movimiento Legambiente. La finca pertenece a la asociación Triple A (Artesanos, Artistas, Agricultores), una de las primeras en reunir (a nivel nacional e internacional) bodegueros de todas las procedencias y latitudes, pero ciertamente unidos por las ganas, por el impulso inagotable de transformar la uva en vino de la forma más natural posible. Podere Pacinina, una vez hogar de los aparceros de la granja, se ha convertido recientemente en el agroturismo de la estructura, un edificio antiguo que todavía muestra las transformaciones que han tenido lugar a lo largo de los siglos: desde los etruscos hasta nuestros días.