Poliziano

La familia Carletti tuvo sus primeros contactos con el mundo de la viticultura en 1961 cuando Dino compró 22 hectáreas de terreno en el municipio de Montepulciano, donde plantó los primeros viñedos especializados de la zona.
A finales de 1980, en un momento delicado por la crisis económica y la caída del consumo, su hijo Federico, ya ingeniero agrónomo, decidió aceptar el reto y asumir la dirección de la empresa, constituyendo una nueva y más moderna filosofía de producción, según una visión personal de la agricultura. Desde el principio, la pasión por el arte de "hacer vino" lo impulsó a manejar las técnicas más avanzadas en uso en la viticultura y la enología internacionales, creando un diálogo cada vez más cercano y fructífero con los especialistas del sector y con sus compañeros productores de Chianti Classico.

El coraje y la creatividad de Federico Carletti han permitido que Poliziano se convierta en uno de los nombres más apreciados en la Toscana actual, con botellas de valor absoluto galardonadas con numerosos premios. El Asinone es el nombre más representativo de toda la producción, pero forma parte de una valiosa gama de etiquetas que elevan aún más la zona de Montepulciano a la cuna del vino, cuna que debe mucho al nombre Poliziano.