Rocca Bruno

Los vinos de Rocca cuentan una historia de trabajo, estudio y formación continua y constante en la que se basa la reacción única que pone en equilibrio a la naturaleza y al hombre. Los suelos en los que están plantadas las vides son arcillosos, tobáceos y calcáreos y están expuestos al suroeste. A Bruno Rocca le gusta decir que “la verdad es que a la vid, como planta, no le interesa hacer un buen vino. Respeta los ritmos de la naturaleza buscando dar lo mejor de sí misma para sobrevivir y reproducirse. Nuestra tarea es pensar como la vid, "identificarnos con la planta". Sólo así podremos entender el momento adecuado en el que intervenir, el momento en el que recoger los mejores frutos para obtener vinos extraordinarios”.

La finca Rabajà de Bruno Rocca está situada en un paraje único en el mundo, cuna de sus finos Barbarescos. La empresa cuenta hoy con 15 hectáreas de viñedos repartidos en los municipios de Barbaresco, Treiso y Neive, donde se cultivan y valorizan las uvas históricas de la familia.

Las líneas maestras de la artesanía de Bruno Rocca siempre han sido la elegancia, el equilibrio y el cuerpo, rasgos ya amados por sus padres y que está enseñando a sus propios hijos Francesco y Luisa: junto al trabajo al aire libre dictado por la pasión en colaboración con la naturaleza, construyó una bodega altamente especializada.

Los preciosos Barbarescos nacen en un ambiente subterráneo a una temperatura que nunca supera los 17°C: color, perfume y estructura toman forma en matices que exaltan los sentidos y la mente.